Hiparquía de Maronea (siglos IV-III a.C.). Perteneció a la escuela de los cínicos. Los cínicos practicaban la autosuficiencia. Hiparquía llevaba una vida alejada de los lujos. Creía que para llegar a la felicidad teníamos que deshacernos de todo lo superfluo. Desde la más absoluta austeridad, quería poner en evidencia la artificiosidad de nuestra vida. Pero a Hiparquía le costó llevar esa vida, porque era una mujer. Participaba en las tertulias intelectuales, pero intentaban ridiculizarla. Muchos hombres no soportaban que ella renegara del trabajo que supuestamente debía hacer una mujer, que era tejer. Y ella, en lugar de tejer, dedicó su tiempo a la filosofía.
Para ella, la felicidad no consistía en vivir de acuerdo con la opinión de la gente. En la filosofía cínica no hay diferencia entre la imagen que proyectamos y quienes somos realmente.
Merlinadas
-"¿Os habéis preguntado cómo os ven los demás?"
-"Es difícil mostrarte tal y como eres. Siempre ocultamos algo. Puede que demos una imagen que no corresponde con lo que somos realmente. La mayoría de nosotros elegimos nuestro vestuario según la imagen que queremos dar. Salimos de las tiendas llenos de ropa que conecta con el personaje que nos hemos creado. Hiparquía solo se vestía con cuatro trapos, y tenía una ley muy sencilla: satisfacer solo las necesidades más elementales".
-"¿Por qué relacionamos la felicidad con el hecho de poseer cosas? Asociamos la felicidad con ir de vacaciones a la playa, con palmeras torcidas, arena blanca, agua transparente... pero la felicidad no está incluida en las cosas".
-"La política es postureo máximo. Se puede dar imagen de transparencia, pero (los políticos) son todos unos corruptos".
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